12Decía también al que le había invitado:
—Cuando des una comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos, no sea que también ellos te devuelvan la invitación y te sirva de recompensa. 13Al contrario, cuando des un banquete, llama a pobres, a tullidos, a cojos y a ciegos; 14y serás bienaventurado, porque no tienen para corresponderte. Se te recompensará en la resurrección de los justos.
Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)