23Un sábado pasaba él por entre unos sembrados, y sus discípulos mientras caminaban comenzaron a arrancar espigas. 24Los fariseos le decían:
—Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito?
25Y les dijo:
—¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando se vio necesitado, y tuvieron hambre él y los que le acompañaban? 26¿Cómo entró en la Casa de Dios en tiempos de Abiatar, sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición —que sólo a los sacerdotes les es lícito comer— y los dio también a los que estaban con él?
27Y les decía:
—El sábado fue hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. 28Por tanto, el Hijo del Hombre es señor hasta del sábado.
Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)