51Y cuando iba a cumplirse el tiempo de su partida, Jesús decidió firmemente marchar hacia Jerusalén. 52Y envió por delante a unos mensajeros, que entraron en una aldea de samaritanos para prepararle hospedaje, 53pero no le acogieron porque llevaba la intención de ir a Jerusalén. 54Al ver esto, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron:
—Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?
55Pero él se volvió hacia ellos y les reprendió. 56Y se fueron a otra aldea.
Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)