91Subió a una barca, cruzó de nuevo el mar y llegó a su ciudad. 2Entonces, le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico:
—Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados.
3Entonces algunos escribas dijeron para sus adentros: «Éste blasfema». 4Conociendo Jesús sus pensamientos, dijo:
—¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? 5¿Qué es más fácil, decir: «Tus pecados te son perdonados», o decir: «Levántate, y anda»? 6Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados —se dirigió entonces al paralítico—, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
7Él se levantó y se fue a su casa. 8Al ver esto, la gente se atemorizó y glorificó a Dios por haber dado tal potestad a los hombres.
Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)