17Bajando con ellos, se detuvo en un lugar llano. Y había una multitud de sus discípulos, y una gran muchedumbre del pueblo procedente de toda Judea y de Jerusalén y del litoral de Tiro y Sidón, 18que vinieron a oírle y a ser curados de sus enfermedades. Y los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados. 19Toda la multitud intentaba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)