101»En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es un ladrón y un salteador. 2Pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. 3A éste le abre el portero y las ovejas atienden a su voz, llama a sus propias ovejas por su nombre y las conduce fuera. 4Cuando las ha sacado todas, va delante de ellas y las ovejas le siguen porque conocen su voz. 5Pero a un extraño no le seguirán, sino que huirán de él porque no conocen la voz de los extraños.
6Jesús les propuso esta comparación, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
7Entonces volvió a decir Jesús:
—En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. 8Todos cuantos han venido antes que yo son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les escucharon. 9Yo soy la puerta; si alguno entra a través de mí, se salvará; y entrará y saldrá y encontrará pastos. 10El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
11»Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas. 12El asalariado, el que no es pastor y al que no le pertenecen las ovejas, ve venir el lobo, abandona las ovejas y huye —y el lobo las arrebata y las dispersa—, 13porque es asalariado y no le importan las ovejas. 14Yo soy el buen pastor, conozco las mías y las mías me conocen. 15Como el Padre me conoce a mí, así yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas. 16Tengo otras ovejas que no son de este redil, a ésas también es necesario que las traiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño, con un solo pastor. 17Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida para tomarla de nuevo. 18Nadie me la quita, sino que yo la doy libremente. Tengo potestad para darla y tengo potestad para recuperarla. Éste es el mandato que he recibido de mi Padre.
19Se produjo de nuevo una disensión entre los judíos a causa de estas palabras. 20Muchos de ellos decían:
—Está endemoniado y loco, ¿por qué le escucháis?
21Otros decían:
—Cosas así no las dice uno que está endemoniado. ¿Es que puede un demonio abrir los ojos de los ciegos?
Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)