Parábola del sembrador. Sentido de las parábolas según San Marcos

Marcos4 › 1 – 20

41De nuevo comenzó a enseñar al lado del mar. Y se reunió en torno a él una muchedumbre tan grande, que tuvo que subir a sentarse en una barca, en el mar, mientras toda la muchedumbre permanecía en tierra, en la orilla. 2Les explicaba con parábolas muchas cosas, y les decía en su enseñanza:

3—Escuchad: salió el sembrador a sembrar. 4Y ocurrió que, al echar la semilla, parte cayó junto al camino, y vinieron los pájaros y se la comieron. 5Parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, por no ser hondo el suelo; 6pero cuando salió el sol se agostó, y se secó porque no tenía raíz. 7Otra parte cayó entre espinos; crecieron los espinos y la ahogaron, y no dio fruto. 8Y otra cayó en tierra buena, y comenzó a dar fruto: crecía y se desarrollaba; y producía el treinta por uno, el sesenta por uno y el ciento por uno.

9Y decía:

—El que tenga oídos para oír, que oiga.

10Y cuando se quedó solo, los que le acompañaban junto con los doce le preguntaron por el significado de las parábolas.

11Y les decía:

—A vosotros se os ha concedido el misterio del Reino de Dios; en cambio, a los que están fuera todo se les anuncia con parábolas,

12de modo que los que miran miren y no vean,

y los que oyen oigan pero no entiendan,

no sea que se conviertan y se les perdone.

13Y les dice:

—¿No entendéis esta parábola? ¿Y cómo podréis entender las demás parábolas? 14El que siembra, siembra la palabra. 15Los que están junto al camino donde se siembra la palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, al instante viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. 16Los que reciben la semilla sobre terreno pedregoso son aquellos que, cuando oyen la palabra, al momento la reciben con alegría, 17pero no tienen en sí raíz, sino que son inconstantes; y después, al venir una tribulación o persecución por causa de la palabra, enseguida tropiezan y caen. 18Hay otros que reciben la semilla entre espinos: son aquellos que han oído la palabra, 19pero las preocupaciones de este mundo, la seducción de las riquezas y los apetitos de las demás cosas les asedian, ahogan la palabra y queda estéril. 20Y los que han recibido la semilla sobre la tierra buena son aquellos que oyen la palabra, la reciben y dan fruto: el treinta por uno, el sesenta por uno y el ciento por uno.

Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)

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