31En aquel momento se acercaron algunos fariseos diciéndole:
—Sal y aléjate de aquí, porque Herodes te quiere matar.
32Y les dijo:
—Id a decir a ese zorro: «Mira: expulso demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día acabo. 33Pero es necesario que yo siga mi camino hoy y mañana y al día siguiente, porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén».
Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)