A la luz del Evangelio

Nombres: A la luz del Evangelio

Jamás habló así hombre alguno (Jn 7, 46).
Hoy, en muy diversos lugares del mundo, millones de personas meditan, escuchan, leen, rezan con el Evangelio. La vida y la predicación de Jesús inició una conversación con las mujeres y los hombres de todos los tiempos: “A nadie niega Jesús su palabra, y es una palabra que sana, que consuela, que ilumina”.
Lo que el lector tiene en sus manos es una recopilación de textos breves, que se abren –y en algunos casos dialogan– con un versículo del Nuevo Testamento, casi siempre de los Evangelios.
El núcleo original de A la luz del Evangelio son algunas de las anotaciones tomadas en un cuaderno, desde 1977, como ideas para la predicación. No son, por tanto, ni exhaustivas ni exegéticas. Ahora, ante la petición del editor, les he dado un mínimo de forma para hacerlas publicables, aunque manteniendo el lenguaje esquemático del apunte original. Entre estos textos se hallan también otros apuntes más recientes, que he utilizado en varias cartas y mensajes pastorales.
Las anotaciones son de fechas y temas diversos, con un orden en el que prevalece la cronología de la vida y enseñanzas de Jesucristo, a partir de la cita del Evangelio elegida –a veces, posteriormente– para encabezar cada consideración. Algunas pocas anotaciones van precedidas, en cambio, por citas de otros escritos del Nuevo Testamento. En estos casos, las anotaciones no siguen el criterio cronológico, sino una cierta conexión temática con los apuntes precedentes.
Desearía que estas páginas, con la misma finalidad que tuvieron en su origen, ayudasen a la oración e invitasen a un contacto más directo con Jesucristo, que es luz de nuestras vidas y que, en cada persona, en cada momento, suscita aspiraciones diferentes.
En el Evangelio, Palabra y Verdad coinciden y su lectura es una ventana abierta al Cielo. “El Verbo estaba junto a Dios” (Jn 1, 1), y al llegar la plenitud del tiempo, el Verbo se hace hombre y comunica la verdad sobre Dios y sobre el mundo. Dios se nos revela como Amor. En el contacto directo con el Evangelio encontramos a Cristo en su humanidad santísima y, si se lo permitimos, habita en el centro de nuestra existencia.
Conocer a Jesús es una experiencia personal pero no solitaria. Junto al Señor, nos acompañan las personas que le trataron durante su vida en la tierra y a las que esa relación transformó. En el acercamiento a Cristo, encontramos también al prójimo que convive con nosotros en el mundo presente, hermanos a los que Él busca con amor: Jesucristo habla con todos.
Ojalá este pequeño libro renueve nuestros deseos de meditar el Evangelio, con actitud contemplativa y de escucha. De vez en cuando, reconoceremos más claramente la voz del Maestro, reclamando quizá una respuesta.
Entonces, con la ayuda de Dios, que sepamos decirle, como Santa María, “hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38).

Roma, 31 de mayo de 2020, durante el periodo de confinamiento por el covid-19.

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