121En aquel tiempo pasaba Jesús un sábado por entre unos sembrados; sus discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar unas espigas y a comer. 2Los fariseos, al verlo, le dijeron:
—Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer el sábado.
3Pero él les respondió:
—¿No habéis leído lo que hizo David y los que le acompañaban cuando tuvieron hambre? 4¿Cómo entró en la Casa de Dios y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que le acompañaban, sino sólo a los sacerdotes? 5¿Y no habéis leído en la Ley que, los sábados, los sacerdotes en el Templo quebrantan el descanso y no pecan? 6Os digo que aquí está el que es mayor que el Templo. 7Si hubierais entendido qué sentido tiene: Misericordia quiero y no sacrificio, no habríais condenado a los inocentes. 8Porque el Hijo del Hombre es señor del sábado.
Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)