5Y les dijo:
—¿Quién de vosotros que tenga un amigo y acuda a él a medianoche y le diga: «Amigo, préstame tres panes, 6porque un amigo mío me ha llegado de viaje y no tengo qué ofrecerle», 7le responderá desde dentro: «No me molestes, ya está cerrada la puerta; los míos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos»? 8Os digo que, si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos por su impertinencia se levantará para darle cuanto necesite.
9»Así pues, yo os digo: pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; 10porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
11»¿Qué padre de entre vosotros, si un hijo suyo le pide un pez, en lugar de un pez le da una serpiente? 12¿O si le pide un huevo, le da un escorpión? 13Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)