Expulsión de los demonios y Reino de Dios según San Lucas

Lucas11 › 14 – 26

14Estaba expulsando un demonio que era mudo. Y cuando salió el demonio, habló el mudo y la multitud se quedó admirada; 15pero algunos de ellos dijeron:

—Expulsa los demonios por Beelzebul, el príncipe de los demonios.

16Y otros, para tentarle, le pedían una señal del cielo. 17Pero él, que conocía sus pensamientos, les replicó:

—Todo reino dividido contra sí mismo queda desolado y cae casa contra casa. 18Si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo se sostendrá su reino? Puesto que decís que expulso los demonios por Beelzebul. 19Si yo expulso los demonios por Beelzebul, vuestros hijos ¿por quién los expulsan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. 20Pero si yo expulso los demonios por el dedo de Dios, es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros.

21»Cuando uno que es fuerte y está bien armado custodia su palacio, sus bienes están seguros; 22pero si llega otro más fuerte y le vence, le quita las armas en las que confiaba y reparte su botín.

23»El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.

24»Cuando el espíritu impuro ha salido de un hombre, vaga por lugares áridos en busca de descanso, pero al no encontrarlo dice: «Me volveré a mi casa, de donde salí». 25Y al llegar la encuentra bien barrida y en orden. 26Entonces va, toma otros siete espíritus peores que él, y entrando se instalan allí, con lo que la situación última de aquel hombre resulta peor que la primera.

Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)

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