111Cuando terminó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
2Entretanto Juan, que en la cárcel había tenido noticia de las obras de Cristo, envió a preguntarle por mediación de sus discípulos:
3—¿Eres tú el que va a venir, o esperamos a otro?
4Y Jesús les respondió:
—Id y anunciadle a Juan lo que estáis viendo y oyendo: 5los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. 6Y bienaventurado el que no se escandalice de mí.
7Cuando ellos se fueron, Jesús se puso a hablar de Juan a la multitud:
—¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 8Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿A un hombre vestido con finos ropajes? Daos cuenta de que los que llevan finos ropajes se encuentran en los palacios reales. 9Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os lo aseguro, y más que un profeta. 10Éste es de quien está escrito:
Mira que yo envío a mi mensajero delante de ti,
para que vaya preparándote el camino.
11»En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer nadie mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.
12»Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos padece violencia, y los esforzados lo conquistan. 13Porque todos los Profetas y la Ley profetizaron hasta Juan. 14Y si queréis comprenderlo, él es Elías, el que va a venir. 15El que tenga oídos, que oiga.
Texto de EUNSA (Universidad de Navarra)